¿Es inminente el acuerdo de paz en el este del Congo? ¿Y qué tan creíble es esto?
30 de abril de 2025
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La situación en Congo oriental Está extremadamente tenso de nuevo. El movimiento rebelde M23 conquista cada vez más territorio, Ruanda y otros países vecinos desempeñan un papel dudoso y millones de congoleños están huyendo. Mientras tanto, potencias extranjeras como Estados Unidos interfieren cada vez más en el el conflicto, principalmente debido a los intereses económicos en torno a la riqueza de las materias primas. 11.11.11-La experta en el Congo, Eva Demaré, lo explica.
¿Por qué hay de nuevo combates en el este del Congo?
A finales de enero, la ciudad de Goma, en el este del Congo, con sus millones de habitantes, cayó en manos de los rebeldes del M23 apoyados por Ruanda, seguida más tarde por Bukavu, la capital provincial de Kivu del Sur. La región está llena de valiosas materias primas como el coltán, el oro y el cobalto. El gobierno congoleño pierde terreno y cientos de miles de personas huyen. Ruanda dice que quiere proteger su seguridad y a la minoría tutsi del Congo, pero informes recientes de la ONU han revelado un contrabando a gran escala de materias primas del Congo a Ruanda. La batalla, por tanto, no es sólo una cuestión de seguridad o de política, sino sobre todo de control sobre estos recursos.
¿Qué está realmente en juego en el Congo?
La riqueza hace así que el país sea al mismo tiempo vulnerable y deseable. Mientras los diplomáticos hablan maravillas de paz y cooperación, detrás de escena se habla principalmente de robo de recursos y rivalidad geopolítica entre Estados Unidos, China y Europa. Mientras las potencias extranjeras y las élites congoleñas sigan poniendo sus propios intereses en primer lugar, y no los del pueblo, la paz real seguirá estando muy lejos.
¿Hay alguna perspectiva de paz?
Las conversaciones diplomáticas comenzaron el mes pasado, lideradas por Qatar y Estados Unidos. En Doha, el Congo y el M23 firmaron una carta de intenciones, seguida de un acuerdo entre ministros congoleños y ruandeses en Washington para tener listo un acuerdo preliminar de paz para el 2 de mayo. Se habla de un alto el fuego y, por supuesto, esto es un rayo de esperanza. Pero muchos observadores se muestran escépticos: se trata menos de motivos humanitarios que de intereses económicos. Estados Unidos en particular está presionando para que se llegue a un acuerdo, porque quiere dar a las empresas estadounidenses nuevas oportunidades en la minería congoleña, a expensas de China. Detrás de la mediación de Qatar también hay importantes inversiones en agricultura e infraestructura.

¿Qué papel desempeña Estados Unidos?
Estados Unidos, bajo la presidencia de Trump, ve al Congo principalmente como una fuente estratégica de materias primas. Entre bastidores, los diplomáticos estadounidenses han estado presionando con fuerza para lograr la paz. Esto se debe a que las empresas estadounidenses quieren ganar contratos para extraer cobalto, cobre y coltán. Incluso hay un acuerdo en marcha según el cual empresas privadas estadounidenses "asegurarían" las áreas de recursos. Esto podría significar una influencia aún más dudosa en la región.
¿Qué debería pasar a continuación?
Los rebeldes del M23 todavía controlan Goma y Bukavu. Han establecido una administración paralela que socava la autoridad del gobierno de Kinshasa. La población está en gran parte aislada del mundo exterior y cruzar la frontera es difícil y peligroso. Los bancos permanecen cerrados y hay una grave escasez de productos básicos como alimentos y medicinas. Los derechos y libertades civiles están severamente restringidos. No hay cárceles oficiales y la llamada justicia se imparte en las calles, lo que genera un clima de miedo.
Sin embargo, algunas organizaciones siguen activas sobre el terreno, como Cáritas y Médicos Sin Fronteras. Están presionando para la reapertura inmediata del aeropuerto de Goma para garantizar que la ayuda humanitaria llegue más fácilmente a la población. La sociedad civil congoleña y la Iglesia también siguen trabajando por un diálogo de paz sostenible, incluso mediante iniciativas como “Le Pacte Social”.
No será posible concluir un acuerdo de paz sin la participación de todas las partes congoleñas. Debe haber espacio para una verdadera voz congoleña. Las soluciones sostenibles no pueden ser impuestas desde afuera ni por las élites políticas o militares. Sólo cuando la población es escuchada e involucrada puede crecer la esperanza de un futuro sin violencia.